El ministro de Hacienda, Germán Ávila, señaló que el recorte y la baja en la meta de recaudo, de $26,3 a $16,3 billones, responden a “un ejercicio constructivo y dinámico” con el Congreso.
El Gobierno Nacional destrabó esta semana el debate del Presupuesto General de 2026 tras lograr la aprobación de un recorte de $10 billones frente al plan inicial de $556,9 billones. Esto abre paso al siguiente reto del Ejecutivo y es la discusión de la reforma tributaria; iniciativa que buscará cerrar un faltante de $16 billones en las finanzas públicas.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, explicó que el recorte presupuestal y la reducción en las aspiraciones de recaudo, que pasaron de $26,3 a $16,3 billones, fueron el resultado de “un ejercicio constructivo y dinámico” con los congresistas. Ávila aseguró que el Gobierno fue flexible y que las decisiones se tomaron tras identificar los sectores donde los ajustes tendrían un menor impacto social.
En entrevista con El Espectador, el ministro detalló que los impuestos más polémicos quedaron por fuera del nuevo texto. Entre ellos, el aumento del IVA a la gasolina, que se descartó por su posible efecto sobre la canasta familiar. También se suspendió el impuesto a la cerveza, aunque se mantendrán los gravámenes a los licores de alta graduación. “La ley de financiamiento no tocará los artículos fundamentales de la canasta familiar. Será progresiva y concentrará el esfuerzo en los ingresos más altos”, enfatizó Ávila.
En cuanto a los tributos que seguirán en pie, el funcionario mencionó el impuesto al patrimonio, el impuesto a la renta, el gravamen al sector financiero, algunos impuestos ambientales y los tributos al consumo de bebidas distintas a la cerveza. El Gobierno considera que el sistema financiero debe “aportar más” a los programas sociales redistributivos, mientras que los patrimonios superiores a $2.000 millones tendrán un incremento gradual en su tarifa. En materia de renta, los cambios afectarán a quienes ganen más de $10,2 millones mensuales, con incrementos progresivos en la tarifa.
Frente a las críticas de algunos analistas que advierten un posible desincentivo a la inversión privada, Ávila respondió que se trata de un “fantasma” recurrente cada vez que se implementan impuestos progresivos. “Los grandes patrimonios y rentas se generan en Colombia, y los niveles de tributación son comparables, e incluso menores, a los de otras economías”, señaló, añadiendo que el sector minero-energético deberá adaptarse a la transición energética global y que la reforma no afectará su operación esencial.
El ministro confía en que el ambiente político logrado en la discusión presupuestal se mantenga en el trámite de la ley de financiamiento, pese a tratarse de un año preelectoral. “El Congreso entendió la importancia de llegar a consensos. Esperamos que ocurra lo mismo con la reforma, que se presentará a finales de este mes y debería aprobarse antes de terminar el año”, afirmó.
Sobre el déficit fiscal, Ávila explicó que su origen radica en la deuda acumulada del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, Fepc, que asciende a cerca de $79 billones, y en el crédito contratado con el Fondo Monetario Internacional durante la pandemia, por US$5.300 millones. “El problema no fue endeudarse, sino haberlo hecho con plazos tan cortos. Este Gobierno tuvo que pagar la pandemia que el anterior gastó”, aseguró. Por ello, se activó la cláusula de escape de la regla fiscal, con el fin de estabilizar las cuentas públicas en un periodo más amplio.
En materia energética, el Gobierno ya firmó un decreto para eliminar el subsidio al diésel en vehículos particulares, como camionetas y autos de lujo, que representan cerca de 30% del consumo. Ávila insistió en que el ajuste no recaerá sobre los transportadores, sino sobre los generadores de carga, y que la decisión dependerá de la evolución de los precios internacionales del crudo.
El jefe de cartera confirmó que Colombia no renovará la línea de crédito flexible del FMI, cuyo último pago se realizará en diciembre. Según dijo, las necesidades de financiamiento externo están cubiertas con otras fuentes y el objetivo es “mantener la independencia económica del país frente a estos organismos”. También rechazó las advertencias del Comité Autónomo de la Regla Fiscal sobre un eventual deterioro de las finanzas públicas. “La economía no puede manejarse con rigideces. Si paralizamos la actividad productiva, el déficit crecerá. Nuestra prioridad es el crecimiento y la redistribución del ingreso”, concluyó.
Fuente:https://www.larepublica.co/economia/minhacienda-confia-en-construir-mayorias-en-el-congreso-para-aprobar-la-tributaria-4251265

